
El mundo del trabajo ha cambiado drásticamente, obligándonos a revisar paradigmas y actitudes. Es momento de preguntarnos: ¿Qué está pasando en el mercado laboral? ¿Cómo me puedo preparar para competir?... ¿Qué mitos debo romper?
MITO 1: LAS EMPRESAS SON COMO FAMILIAS. SI HAGO BIEN MI TRABAJO, MI EMPLEO ESTARÁ SEGURO Y, POR ENDE, MI FUTURO ASEGURADO.
REALIDAD: Las empresas no son familias. No pueden asegurarme un empleo seguro y, mucho menos, un futuro estable. Hoy los negocios son tan competitivos, globalizados y cambiantes, que las empresas no pueden asegurar ni su propia supervivencia.
La seguridad no proviene de tener un empleo hoy, sino de la capacidad para conseguir trabajo cuándo y dónde sea necesario. Esto se logra siendo empleable; es decir, teniendo las habilidades y competencias esperadas según mi nivel, logros y resultados cuantificados, reputación e imagen apropiadas y una red de contactos activa y vigente.
El perfil más buscado hoy es el del emprendedor que vive con la urgencia de crear valor, de asumir riesgos y de solucionar problemas para desarrollar la organización. Nada vende mejor que el éxito y el entusiasmo por hacer las cosas bien.
MITO 2: LAS PERSONAS MÁS CALIFICADAS O TRABAJADORAS CONSIGUEN MEJORES TRABAJOS.
REALIDAD: Factores como relaciones clave, la posibilidad de acceder a quienes toman decisiones, la manera cómo se es percibido dentro de la organización, la ambición, el compromiso demostrado con los objetivos empresariales, la creación de valor y la rentabilidad pueden ser más relevantes que el desempeño laboral. Las personas íntegras que además son capaces de presentarse a sí mismos como la mejor alternativa son quienes consiguen los mejores trabajos y ascensos.
MITO 3: LA EMPRESA DONDE TRABAJO DEBE ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE MI CAPACITACIÓN.
REALIDAD: El entrenamiento y la capacitación son responsabilidad de cada persona y son un gran factor de diferenciación competitiva. Las habilidades, competencias aprendidas y manifestadas en logros y resultados cuantificables contribuyen de modo importante a la empleabilidad de cada persona.
MITO 4: ESTAR SIN TRABAJO ES SEÑAL DE FRACASO PROFESIONAL.
REALIDAD: Hoy el mercado está lleno de personas capaces y exitosas, pero desempleadas temporalmente por situaciones muy ajenas a su rendimiento.
Estar fuera del mercado en un momento dado de nuestra vida no quita brillo a nuestra carrera ni desmerece lo logrado. Más bien, las personas que se han probado a sí mismas en varias organizaciones usualmente tienen hoy una ventaja. Lo peligroso es la arrogancia de ubicar nuestra identidad en el puesto que ostentamos, sin reconocer lo temporal de su condición.
MITO 1: LAS EMPRESAS SON COMO FAMILIAS. SI HAGO BIEN MI TRABAJO, MI EMPLEO ESTARÁ SEGURO Y, POR ENDE, MI FUTURO ASEGURADO.
REALIDAD: Las empresas no son familias. No pueden asegurarme un empleo seguro y, mucho menos, un futuro estable. Hoy los negocios son tan competitivos, globalizados y cambiantes, que las empresas no pueden asegurar ni su propia supervivencia.
La seguridad no proviene de tener un empleo hoy, sino de la capacidad para conseguir trabajo cuándo y dónde sea necesario. Esto se logra siendo empleable; es decir, teniendo las habilidades y competencias esperadas según mi nivel, logros y resultados cuantificados, reputación e imagen apropiadas y una red de contactos activa y vigente.
El perfil más buscado hoy es el del emprendedor que vive con la urgencia de crear valor, de asumir riesgos y de solucionar problemas para desarrollar la organización. Nada vende mejor que el éxito y el entusiasmo por hacer las cosas bien.
MITO 2: LAS PERSONAS MÁS CALIFICADAS O TRABAJADORAS CONSIGUEN MEJORES TRABAJOS.
REALIDAD: Factores como relaciones clave, la posibilidad de acceder a quienes toman decisiones, la manera cómo se es percibido dentro de la organización, la ambición, el compromiso demostrado con los objetivos empresariales, la creación de valor y la rentabilidad pueden ser más relevantes que el desempeño laboral. Las personas íntegras que además son capaces de presentarse a sí mismos como la mejor alternativa son quienes consiguen los mejores trabajos y ascensos.
MITO 3: LA EMPRESA DONDE TRABAJO DEBE ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE MI CAPACITACIÓN.
REALIDAD: El entrenamiento y la capacitación son responsabilidad de cada persona y son un gran factor de diferenciación competitiva. Las habilidades, competencias aprendidas y manifestadas en logros y resultados cuantificables contribuyen de modo importante a la empleabilidad de cada persona.
MITO 4: ESTAR SIN TRABAJO ES SEÑAL DE FRACASO PROFESIONAL.
REALIDAD: Hoy el mercado está lleno de personas capaces y exitosas, pero desempleadas temporalmente por situaciones muy ajenas a su rendimiento.
Estar fuera del mercado en un momento dado de nuestra vida no quita brillo a nuestra carrera ni desmerece lo logrado. Más bien, las personas que se han probado a sí mismas en varias organizaciones usualmente tienen hoy una ventaja. Lo peligroso es la arrogancia de ubicar nuestra identidad en el puesto que ostentamos, sin reconocer lo temporal de su condición.