La mayor parte de las personas tiembla cuando escucha que tiene que hacer contactos, se imaginan a sí mismos pidiendo trabajo de puerta en puerta a sus amigos y a los amigos de sus amigos. O, peor aún, se sienten expuestos a declararle al mundo entero que algo malo pasa en sus vidas y por eso deben salir a buscar a quienes los puedan 'rescatar'. De terror.
Otros, equivocadamente, creen que hacer contactos es una actividad manipuladora, es decir, quitarle tiempo a alguien en beneficio propio. Y, peor aún, creen que hacer contactos es llamar a pedirles favores a personas con las que ya no tienen ninguna relación desde hace años o incluso personas con las que nunca se llevaron bien o incluso con desconocidos.
Otros, equivocadamente, creen que hacer contactos es una actividad manipuladora, es decir, quitarle tiempo a alguien en beneficio propio. Y, peor aún, creen que hacer contactos es llamar a pedirles favores a personas con las que ya no tienen ninguna relación desde hace años o incluso personas con las que nunca se llevaron bien o incluso con desconocidos.
Utilizaremos el término "Redes de confianza" se refiere a algo distinto y puede sustituir al témido "Redes de contacto". Entonces, hacer contactos o tejer redes de confianza es establecer y mantener vigentes los vínculos con las personas que nos conocen, aprecian y respetan. Es mantener siempre actualizada la relación, especialmente si se presentan cambios en nuestras vidas o en las suyas. Es tener y mostrar un genuino interés por nuestro interlocutor, su vida, su familia, sus planes, retos y aspiraciones.
Incluso para quienes están buscando trabajo construir redes de confianza es compartir un momento agradable volviendo a establecer la confianza, la camaradería, la relación. Es informarlos personalmente y positivamente de nuestras novedades, de nuestras ganas de hacer cosas, "renovando" siempre nuestro posicionamiento personal.
Tender "Redes de confianza" es, incluso, muy grato: ¡es una actividad social humana fundamental!
Un punto importante: no hay contacto chico. Uno no establece confianza solo con quienes son importantes o poderosos por el hecho de serlo. Mucha gente comete el error de hacer sus listas de contactos incluyendo solo a quienes ostentan altos cargos o lideran empresas, dejando de lado a pares o subordinados, que son quienes, por lo general, mejor nos reciben, más afecto nos brindan y hasta mejores datos de oportunidades escondidas nos terminan dando.
La clave para tener redes de confianza exitosas es no esperar a tenderlas solo cuando las necesitamos. La red se hace solita si uno da de sí: radica en nuestra capacidad de dar. Si no damos, si solo esperamos recibir o solo pensamos en pedir algo, entonces no se establece la confianza y, por ende, la red no se construye.
Nuestra vida diaria está llena de oportunidades para tender redes y mantenernos siempre activos y vinculados: congresos, seminarios, asociaciones de padres de familia, gremiales, reuniones sociales, de trabajo, etc.
Todo momento que brinda la oportunidad de interactuar con gente conocida o de conocer a nuevos amigos es un momento valioso. No lo desaproveches. A la gente le gusta ayudar, y es justo en esos momentos donde más se ve de qué madera estamos hechos.
Incluso para quienes están buscando trabajo construir redes de confianza es compartir un momento agradable volviendo a establecer la confianza, la camaradería, la relación. Es informarlos personalmente y positivamente de nuestras novedades, de nuestras ganas de hacer cosas, "renovando" siempre nuestro posicionamiento personal.
Tender "Redes de confianza" es, incluso, muy grato: ¡es una actividad social humana fundamental!
Un punto importante: no hay contacto chico. Uno no establece confianza solo con quienes son importantes o poderosos por el hecho de serlo. Mucha gente comete el error de hacer sus listas de contactos incluyendo solo a quienes ostentan altos cargos o lideran empresas, dejando de lado a pares o subordinados, que son quienes, por lo general, mejor nos reciben, más afecto nos brindan y hasta mejores datos de oportunidades escondidas nos terminan dando.
La clave para tener redes de confianza exitosas es no esperar a tenderlas solo cuando las necesitamos. La red se hace solita si uno da de sí: radica en nuestra capacidad de dar. Si no damos, si solo esperamos recibir o solo pensamos en pedir algo, entonces no se establece la confianza y, por ende, la red no se construye.
Nuestra vida diaria está llena de oportunidades para tender redes y mantenernos siempre activos y vinculados: congresos, seminarios, asociaciones de padres de familia, gremiales, reuniones sociales, de trabajo, etc.
Todo momento que brinda la oportunidad de interactuar con gente conocida o de conocer a nuevos amigos es un momento valioso. No lo desaproveches. A la gente le gusta ayudar, y es justo en esos momentos donde más se ve de qué madera estamos hechos.