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jueves, 2 de junio de 2011

Conozca los 13 tipos de empleados que a usted no le gustaría tener como compañeros de trabajo

Puertas adentro de las oficinas, la productividad disminuye cuando hay colaboradores con perfiles conflictivos. Expertos consultados por iProfesional.com explican cómo impactan en el clima laboral y por qué los jefes "tóxicos" son la peor amenaza para las empresas. ¿Cómo "defenderse" de ellos?

Desde Gestiones compartimos esta nota con ustedes de Cecilia Novoa, redactora de IProfesional, es interesante para poder detectar mejor al personal con el que trabajamos diariamente!

El trabajo en equipo ocupa la primera posición en cuanto a las características más valoradas por los empleados en general, destaca un estudio realizado por la revista Fortune.

Pero, ¿quién alguna vez no deseó trabajar en soledad? De esta manera, se evitaría tratar con los "mandapartes", los "oportunistas" y los "sabelotodos", por citar algunos ejemplos de los clásicos "personajes" que se suele encontrar en casi todas las compañías.

En su libro Cómo rebelarse en la empresa, Jonathan Littman y Marc Hershon defienden la figura del "solista", es decir, de la persona que encaja sin problemas en un grupo, pero que necesita su espacio, su soledad y un poco de tranquilidad para sacar lo mejor de sí mismo y poder realizar sus tareas e, incluso encaminar, su carrera.

¿Cuál es uno de los mayores problemas de estos "solistas"? Según los autores, las interrupciones o frenos a la creatividad y desempeño por parte de compañeros, jefes o clientes.

Los 13 perfiles en la mira
Puertas adentro de las oficinas, la productividad tanto de quienes prefieren desempeñarse en solitario como de los que se sienten más cómodos trabajando dentro de un grupo tiende a disminuir cuando hay empleados con perfiles conflictivos.

A continuación, desde la consultora de Recursos Humanos HuCap postulan una lista de las 13 tipologías que frecuentemente suelen aparecer dentro de los equipos de trabajo, asociadas con la pérdida de productividad y el malestar o "sufrimiento" organizacional:

•Los "mandaparte", que poco contribuyen en términos de resultados genuinos, pero mucho hacen desde el hablar y "el hacerse ver" con un individualismo notable.
•Los "demoradores", que nada lo entregan a tiempo, ni cuando lo requiere el jefe y menos cuando lo necesita un compañero ya sea del área o de otro sector. Privilegian sus propios intereses y los anteponen a los del equipo o los de la compañía en general.
•Los "serruchadores": ellos siempre están atentos a ocupar el lugar del otro y sacar mérito de lo que no es suyo. Atentos y muy vigilantes de las oportunidades y debilidades de los demás, no dudan en llegar con la última noticia del error del compañero, del área vecina. Son, en definitiva, amigos del "quien tiene la culpa" para sacar ventaja.
•Los "chismosos", que siempre están enterados de los datos más recientes de la vida privada del otro y si no... los inventan. Generan enrarecimiento en las relaciones, crean vínculos donde no los hay, sobre todo si es entre los mismos compañeros de trabajo.
•Las "víctimas", que juegan siempre al juego de quien culpar, señalando al otro.
•Los "lleva y trae": son los encargados de hacer circular en "secreto a voces" lo que nadie sabe con exactitud... y que, por supuesto, en línea con la profecía del autocumplimiento, cuando realmente sucede lo temido, se acreditan la primicia.
•Los "oportunistas". Es un perfil clásico. Ellos viven atentos a lo que las autoridades necesitan sin miramientos de lo que hagan en perjuicio del equipo o del compañero.
•Los "vuelta y vuelta", que siempre están del lado del que les conviene estar. No forman, ni generan opinión. Se pliegan a la que les conviene y encima, a la hora del error, "nunca son" ellos los culpables.
•Los "discutidores por nada". Ellos se sienten, siempre, los dueños de la verdad absoluta.
•Los "inmutables", a quienes nunca se les leen las emociones. Son peligrosos. Es preferible perro que ladra... por que no muerde...
•Los "malhumorados eternos": nunca una sonrisa, no se acercan a nadie, no generan relaciones, son molestos con su malas formas y tratos, siempre están "ocupados" y generan mal clima desde el primer minuto que pisan la oficina.
•Los "indivisibles". Se trata de aquellos que llevan constantemente sus problemas personales al trabajo no pudiendo poner un límite a este tema.
•Los "sabelotodos", es decir, las personas que todo lo conocen, de todos los temas opinan y que, como tienen la necesidad de demostrar que todo lo saben, muchas veces, incluso, inventan.

La toxicidad amenaza
Si bien la presencia de este tipo de perfiles impacta de manera directa en el clima de trabajo, son los empleados y jefes "tóxicos" los que representan la mayor amenaza para las empresas, según advierten todos los expertos consultados por iProfesional.com.

Desde la aparición en 1995 del libro Toxic People (en la Argentina, Relaciones tóxicas) de la doctora Lilian Glass, se popularizó la denominación de sujetos "tóxicos" para identificar un número de patologías psicológicas que tienen un efecto negativo en las personas con quienes se relacionan.

"Existen algunos perfiles que nos provocan fenómenos negativos de diferente tipo, pueden aburrir, deprimir, enojar o atemorizar", destaca la licenciada Ana Delgado desde la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

Sin embargo, el mismo sujeto que atemoriza o provoca malestar en una persona puede causarle risa a otra.
"Estas relaciones funcionan de la misma manera que una llave y su cerradura", grafica.

Para hacer referencia a este tipo de perfiles, en HuCap prefieren hablar de "personas que enrarecen el clima laboral". Se trata de empleados que no favorecen la creación de sistemas generativos saludables sino que, conscientes o inconscientemente generan sistemas de trabajo disfuncionales.

"Como son los propios colaboradores los que hacen y contribuyen al clima organizacional, una sola persona tóxica puede perjudicar", advierte Miguel Terlizzi, director general de HuCap.

Impacto en la productividad
Para las empresas, es prioridad lograr un buen clima laboral, ya que éste impacta directamente en los incrementos de la productividad, por ende, en los resultados del negocio.

En definitiva, según explican desde la consultora, un buen clima laboral:

•Impacta en la atracción y retención de los recursos humanos más valiosos.
•Estimula la innovación y la creatividad.
•Optimiza la comunicación interna.
•Cohesiona los equipos de trabajo.
•Potencia el impacto persuasivo de los mensajes de venta, sea cual fuese el producto o servicio que trabaje la organización.
•Fortalece las relaciones con los clientes, impactando en su fidelización y ventas.

Por todos estos motivos, las empresas deben preocuparse y ocuparse de los colaboradores que "enrarecen" el clima laboral.

"Cuando pensamos en los empleados, compañeros o jefes que enrarecen el clima organizacional, no hablamos ni más ni menos que de aquellas personas que, desde su individualidad, no contribuyen al buen ánimo o a la buena energía de las compañías", gráfica Terlizzi.

Y traza un paralelismo: "El clima de las empresas no es, ni más ni menos, que el "termómetro en cuanto al ánimo".

Si bien la metáfora es de por si gráfica, Terlizzi agrega que el clima de una organización se centra en las percepciones que de diversos factores tienen de la compañía quienes la componen, es decir, su capital humano.

En las empresas, estos empleados van deteriorando las relaciones entre las personas, perjudicando los vínculos y, por ende, otros factores que están, desde relacionados con la comunicación hasta con los de productividad propiamente dicha, tanto económica, en términos de resultados del negocio, como anímica en términos de clima organizacional.

No obstante, quien no ayuda al clima laboral en una compañía, puede favorecerlo en otra.

Al respecto, el director de HuCap explica que todas las organizaciones tienen una cultura propia, y quienes por su personalidad o formas de actuar pueden ser catalogados como "perjudiciales" en una compañía pueden, por el contrario, ser muy valorados en otra o, incluso, dentro de un sector diferente de la firma.

Los jefes tóxicos, los más peligrosos
Tal como expresa la especialista de APA, existen casi tantas situaciones "tóxicas" como personas.


En esta línea, Guillermo Ceballos Serra, director de Recursos Humanos de Gas Natural, postula que dentro del ámbito laboral este tipo de personas se encuentran a todo nivel, tanto jefes o responsables de equipos como colaboradores.

De acuerdo a Ceballos Serra, ellos tienen en común un potencial de energía negativa que conspira contra el logro de objetivos y el buen clima laboral.

En su opinión, "los más peligrosos son los líderes tóxicos, dado su efecto ejemplificador y multiplicador."

A defenderse
¿Cómo hacer frente a este tipo de personas? Para Delgado, "el único instrumento que poseemos es la auto percepción."

"Aunque parezca mentira -continúa la psicóloga- hay gente que la tiene muy poco desarrollada y pueden sufrir mucho tiempo sin darse cuenta". En estos casos, advierte, los daños son mayores.

Dentro de un ámbito laboral, cuando una persona detecta que un compañero le causa con frecuencia algún sentimiento negativo, debe defenderse.

Y si bien la defensa más eficaz suele ser la distancia, desafortunadamente, no siempre es posible dejar de ver al causante.

El ejemplo más común es el del jefe abusivo. Si la persona afectada pudiera cambiar por otro trabajo mejor se arreglaría el problema, pero muchas veces no se puede. ¿Qué hacer entonces?. "Depende de las características del agresor; en ocasiones, una serena puesta de límites puede ser provechosa pero tampoco es siempre factible", recomienda Delgado.

Y añade: "Imaginemos el peor -y, a veces, el más frecuente- de los casos: estamos sometidos a un superior con más poder que nosotros y al que no podemos parar de ninguna manera. En este caso, sólo queda la posibilidad de un trabajo interior para minimizar el daño."

Así, es fundamental repetirse todo el tiempo que no es una cuestión "personal", que ese jefe es un "enfermo" y que trata de someter a quien tenga debajo. También entender que es una característica penosa de este trabajo, como tantas otras, y que no debe afectar a uno mismo en lo más íntimo ya que sólo se debe dejar que actúe en la superficie.

"Se puede tomar una estrategia diferente, según sea el caso. Dependerá de las circunstancias, del rol que desempeña en el equipo de trabajo, el compañero tóxico, por ejemplo, como así también de la personalidad de quien sufre el daño", señala la psicóloga.

Y de inmediato aconseja: "La solución general es un seguro sentimiento de sí. Mientras más seguros estemos de nuestra posición y valor, menos permeables estaremos a los ataques, las ofensas, o manejos maliciosos de los otros".

Desde un punto de vista corporativo, el director de RRHH de Gas Natural señala que, más allá de la receta individual que cada persona adopta para relacionarse sin contaminarse, las compañías deben intentar neutralizarlas por un principio de salud organizacional.

En su opinión, la mejor herramienta para hacerlo es la evaluación de desempeño. "Las empresas debieran prestar atención tanto al logro de los objetivos cuantitativos como al modo de conseguirlos, en síntesis, al estilo de gestión", sostiene el ejecutivo.

"Las compañías son redes de vínculos que posibilitan el logro de metas y la protección de dicha red es un objetivo corporativo primordial en sí mismo", concluye.